Título: Eloisa está debajo de un almendro
Sinopsis: La historia narra las peripecias de Fernando y su
prometida, Mariana, así como sus respectivas familias, que se ven envueltos en
el misterio de la muerte años atrás en extrañas circunstancias, de Eloísa, una
mujer con un sospechoso parecido físico con Mariana.
Opinión: Obra para teatro imprescindible, que gusto me da
cuando cojo un libro por su título, sin esperar nada de él y descubro un
pequeño pero gran tesoro.
Divertidísimo y absurdo, cada diálogo es mejor que el
anterior, durante toda la lectura me desternillaba de risa, además mantiene
cierta intrigra que te engancha hasta el final.
Si tenéis la oportunidad leedlo, para mí, ha pasado a ser
uno de mis favoritos.
Fragmento del prólogo:
SEÑORA- Es lo que yo digo: que hay gente muy mala por el
mundo...
AMIGO- Muy mala, señora Gregoria.
SEÑORA- Y que a perro flaco to son pulgas.
AMIGO- También.
MARIDO- Pero, al fin y al cabo, no hay mal que cien años dure, ¿no cree usté?
AMIGO- Eso, desde luego. Como que después de un día viene otro, y Dios aprieta, pero no ahoga.
MARIDO- ¡Ahí le duele! Claro que agua pasá no mueve molino, pero yo me asocié con el Melecio por aquello de que más ven cuatro ojos que dos y porque lo que uno no piensa se le ocurre al otro. Pero de casta le viene al galgo ser rabilargo: el padre de Melecio siempre ha sido de los de quítate tú pa ponerme yo, y de tal palo tal astilla, y genio y figura hasta la sepultura. Total: que el tal Melecio empezó a asomar la oreja, y yo a darme cuenta, porque por el humo se sabe dónde está el fuego.
AMIGO-Que lo que ca uno vale a la cara le sale.
SEÑORA- Y que antes se pilla a un embustero que a un cojo.
MARIDO- Eso es. Y como no hay que olvidar que de fuera vendrá quien de casa te echará, yo me dije digo: "Hasta aquí hemos llegao; se acabó lo que se daba; tanto va el cántaro a la fuente que al fin se rompe; ca uno en su casa y Dios en la de tos; y a mal tiempo buena cara y pa luego es tarde, que reirá mejor el que ría el último".
SEÑORA- Y los malos ratos pásalos pronto.
MARIDO- ¡Cabal! Conque le abordé al Melecio porque los hombres hablando se entienden, y le dije: "Las cosas claras y el chocolate espeso; esto pasa de castaño oscuro, así que cruz y raya y tu por un lao y yo por otro; ahí te quedas, mundo amargo, y si te he visto no me acuerdo". ¿Y qué le parece que hizo él?
AMIGO- ¿El qué?
MARIDO- Pues contestarme con un refrán.
AMIGO- ¿Que le contestó a usté con un refrán?
SEÑORA- ¡¡ Con un refrán, señor Eloy !!
AMIGO- ¡Ay, qué tío más cínico!
MARIDO- ¿Qué le parece?
SEÑORA- ¿Será sinvergüenza?
AMIGO- Hombre, ese tío es un canalla capaz de tó.
AMIGO- Muy mala, señora Gregoria.
SEÑORA- Y que a perro flaco to son pulgas.
AMIGO- También.
MARIDO- Pero, al fin y al cabo, no hay mal que cien años dure, ¿no cree usté?
AMIGO- Eso, desde luego. Como que después de un día viene otro, y Dios aprieta, pero no ahoga.
MARIDO- ¡Ahí le duele! Claro que agua pasá no mueve molino, pero yo me asocié con el Melecio por aquello de que más ven cuatro ojos que dos y porque lo que uno no piensa se le ocurre al otro. Pero de casta le viene al galgo ser rabilargo: el padre de Melecio siempre ha sido de los de quítate tú pa ponerme yo, y de tal palo tal astilla, y genio y figura hasta la sepultura. Total: que el tal Melecio empezó a asomar la oreja, y yo a darme cuenta, porque por el humo se sabe dónde está el fuego.
AMIGO-Que lo que ca uno vale a la cara le sale.
SEÑORA- Y que antes se pilla a un embustero que a un cojo.
MARIDO- Eso es. Y como no hay que olvidar que de fuera vendrá quien de casa te echará, yo me dije digo: "Hasta aquí hemos llegao; se acabó lo que se daba; tanto va el cántaro a la fuente que al fin se rompe; ca uno en su casa y Dios en la de tos; y a mal tiempo buena cara y pa luego es tarde, que reirá mejor el que ría el último".
SEÑORA- Y los malos ratos pásalos pronto.
MARIDO- ¡Cabal! Conque le abordé al Melecio porque los hombres hablando se entienden, y le dije: "Las cosas claras y el chocolate espeso; esto pasa de castaño oscuro, así que cruz y raya y tu por un lao y yo por otro; ahí te quedas, mundo amargo, y si te he visto no me acuerdo". ¿Y qué le parece que hizo él?
AMIGO- ¿El qué?
MARIDO- Pues contestarme con un refrán.
AMIGO- ¿Que le contestó a usté con un refrán?
SEÑORA- ¡¡ Con un refrán, señor Eloy !!
AMIGO- ¡Ay, qué tío más cínico!
MARIDO- ¿Qué le parece?
SEÑORA- ¿Será sinvergüenza?
AMIGO- Hombre, ese tío es un canalla capaz de tó.
Puntuación: 9
Fdo. Pimiento
Acabo de encontrar tu blog y me ha hecho mucha ilusión recordar esta obra, me la he autoprestado en la biblioteca donde trabajo y esta misma noche la empiezo,
ResponderEliminarhttp://marinainblue.blogspot.com.es/
Espero que disfrutes releyéndola!
EliminarHace un montón que no leo teatro, creo que desde mi época de estudiante, ahora mismo no me apetece mucho pero tampoco lo descarto más adelante
ResponderEliminarbesos
Para mí tambien hacía mucho tiempo que no leía algo de teatro, pero mereció la pena "el riesgo"
EliminarEstos sueltan refranes por un tubo, qué graciosos. Biquiños!
ResponderEliminarSi! en un pequeño fragmento te aprendes mil jajaj
ResponderEliminarBesos mandarica!
Lo leí hace bastante tiempo y cuento con un gran recuerdo de este libro. Aunque reconozco que es difícil aventurarse con el teatro.
ResponderEliminarBesos
Sí, pero para mí, adentrarme por ejemplo en la poesía es peor!
EliminarSaludos!
Lo tengo pendiente desde hace un montón, espero no demorarlo mucho =)
ResponderEliminarBesotes
Anímate y lo lees!
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